Es increíble que una mirada, un paisaje, un beso, una fragancia, el tintinear de una melodía, te transporten a tiempos que ya no se vivirán. Porque créanme: EL ALMA SÍ TIENE MEMORIA. Yo morí en una guerra para volver a nacer en otra. Luché incansablemente con enemigos que me inculcaron que brotaban fuera de las fronteras de aquél entonces, arcaica ingrata y nací odiando a enemigos que me inculcaron que brotaban dentro de la República Ingrata. A mis 20 lustros, sigo luchando con enemigos que brotan en esta malditalma y que tienen atrincherado a este estúpido corazón webeta. Queridos compatriotas, es así como nació la Ingrata República. Al toque de gong sírvase conectar en red tricontinental y sin cortes comerciales… Se dirige al país la excelentísima sombra deste patriota que entonará el canto a la Ingrata República que lo parió, reproduciendo en forma completa y suficiente las estrofas del bando, exhibiendo para ello los Violáceos Cardenales que surgieron en su malditalma, en un día cualquiera de una tarde cualquiera, a la hora en que las tristezas bajan y las alegrías quedan relegadas en un rincón del cielo nuestro-nuestro (ni tuyo-tuyo ni mío-mío, ni el de tus enemigos ni el de los míos) El ardiente Patriota.