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Resumen

El elemento de acción y de aventura presente en toda la obra narrativa de R. L. Stevenson (1850-1894) ocupa el primer plano en EL DINAMITERO, relato escrito por el autor en colaboración con su esposa, Fanny Van de Grift (a quien se deben los episodios titulados «El ángel de la destrucción» y «La bella cubana»). Las peripecias de los protagonistas –tres jóvenes de buena familia que, privados de medios de fortuna, deciden entregarse a toda aventura que el azar pueda ofrecerles– nos presentan un populoso Londres («la Bagdad de Occidente») propicio a la aventura y centro de actividad anarquista, el misterioso Utah de los mormones y una isla del Caribe donde el vudú coexiste con la piratería.

2 críticas de los lectores

10

Otro maravilloso y sorprendente libro de Stevenson, que sigue el estilo precursor de "Las nuevas mil y un noches" o "La nuevas noches árabes" que siguiera Arthur Machen es su fabuloso libro "Los tres impostores". El Dinamitero, tiene por regla fundamental las historias entrelazadas, el absurdo, la imprevisión y la impostura. Stevenson nos pasea mediante sus cuentos por diferentes lugares y situaciones, desde la ruidosa y mágica Londres (la Bagdad de occidente) donde una banda de dinamiteros anarquistas trabajan en las oscuridades de la ciudad; por una ominosa isla caribeña, llena de ritos repugnantes, bárbaros y sangrientos del vudú y el tráfico de diamantes, esmeraldas, rubíes y otras piedras preciosas, hasta la temible secta religiosa de los Mormones y el espantoso "ojo" mormón, señal de la fé religiosa de la secta y de "vigilancia" en el desierto rocoso de Utah. El estilo fluído, simple, entretenido de Stevenson, junto a el absurdo de ciertas situaciones, casi surrealistas por momentos, y un delicado, fino sentido del humor, son los condimentos principales de estos dos libros (Las nuevas noches árabes, El dinamitero) geniales, que han influído notablemente en Chesterton y Machen. R.L.Stevenson demuestra una vez más que ha sido uno de los más destacados cuentistas, lúcidos a la hora de entretener y tejer historias mágicas, maravillosas y fantásticas, sin contener en ellas ni un solo elemento fantástico o sobrenatural; y sin embargo allí se encuentra agazapada la sensación de perplejidad, del absurdo, de irrealidad de las acciones de sus cuentos; sin embargo allí notamos, sin que se nombre, la magia, el terror, lo fantástico. Y es en esta "contradicción" que reside el talento único de este soberbio, enorme escritor Escocés, y a quien debo mi agradecimiento eterno por haberme sumergido en sus fantasías no-fantásticas, y hacernos comprender que lo fabuloso, lo extraordinario, puede encontrarse en cualquier esquina, en cualquier antro, tugurio de nuestro barrio.

hace 7 años
6

Un libro lleno de matices y estilos: aventuras, intriga, fantasía, surrealismo, absurda, humor y amor. Ante todo es entretenida (aunque chirria tanta ingenuidad masculina disfrazada de caballerosidad), pues el tema del anarquismo (aquí con afinidades independistas irlandesas) o las sociedades secretas han dando buenas historias. Parece “evidente” que el surrealismo, el absurdo y el humor, en varios fragmentos, debe haber influido en Chesterton, ya que posee muchos elementos en común con “El hombre que fue Jueves”. La fluidez, la parte menos lograda, no es tan expresiva y homogénea en todo el texto. En una pequeña nota de mi edición que acompaña al relato, explica que “El dinamitero” fue escrito junto con la esposa de Stevenson, Fanny, siendo responsable de los cuentos “El Ángel de la Destrucción” y “La bella cubana”. Y justamente estos 2 relatos “incrustados” en la trama principal, donde la intensidad narrativa falla varias veces; se hace demasiado largo las descripciones y los detalles restando emoción e intensidad al argumento narrado. Por cierto, en la historia de los mormones (además de una “premonición” sobre la poción mágica de “El Dr. Jeckyll y Mr. Hyde”, escrita posteriormente) hay semejanzas con la 2ª parte de “Estudio en escarlata” de Conan Doyle, que fue publicada 2 años después. ¡Qué curioso, y los dos son escoceses! Estoy seguro que el conocimiento de la autoría de Fanny sobre esos 2 cuentos no ha influenciado en mi opinión. Sin ser del todo mediocres, sí que me parecen “cortes” en el estilo y el efecto global. Como curiosidad, en la nota referida anteriormente, se comenta que Stevenson escribió a un amigo contándole que el relato “El baúl oscuro” es cierta en casi todos sus detalles. Y, por último, me parece extraordinario la habilidad e ingenio del escritor en componer novelas mágicas, maravillosas y fantásticas, sin poseer ingredientes fantásticos o sobrenaturales. Para mi gusto personal, es una de los aspectos que más valoro en este género narrativo. Dos elementos opuestos coinciden: es una fantasía realista o una realidad fantástica; sin perder las cualidades de ambas sensaciones y sin repelerse. Mi nota: 6.

hace 11 años