De verdad que esto no puede ser. El sector ha de hacer autocrítica, reflexionar y cortar esta catástrofe diaria de premios literarios. Esta novela, que recibió el Premio Fernando Quiñones, tiene tantos puntos débiles que su relación no cabría en este espacio. Si es que no sé ni por dónde empezar. Lo más evidente y, por desgracia, demasiado frecuente: todos los personajes hablan igual; a ver si intentamos esforzarnos un poquito más. Cada persona habla distinto, por favor! Tampoco es eso lo más grave. El problema nace de la falta de talento del autor. Porque ni los personajes son creíbles, ni la trama tiene sentido, ni la narrativa alcanza un mínimo nivel de calidad exigible... No se corta en recurrir al absurdo para cuadrar la historia cuando es necesario. Y esa sucesión de adjetivos y adverbios, y adverbios más adjetivos, repetidos hasta la saciedad de manera tan burda como innecesaria. Y esos símiles tan manidos, y esos clichés ya superados... Una mala novela en todos los sentidos.
hace 1 año