Un niño que nunca es nombrado por su nombre es el hombre que recuerda en una habitación de un hotel en Londres, hasta dónde llega la memoria y cómo se fue produciendo su evolución acerca del mito del Amor tras haber aprendido a pensar y educarse en el templo de la diosa Caissa. De esta forma el protagonista va desvelando su particular testimonio sobre la posguerra española que le tocó vivir en un lugar paradisiaco utilizado para el destierro y la desolación, a la vez que narra su fascinante encuentro con el ajedrez. Una vez instalado en el paradigma del juego y tras un exhaustivo análisis de lo que fueron sus ancestros y su vida, el personaje trata de resolver las preguntas y respuestas en la comprensión de su particular cosmos y aporta un coup de grâce inesperado sobre el amor y su disfrute.